AUSTRIA-Grossglockner
Ruta en Austria
En Azul -de Liechtenstein a Eslovenia-: Frastanz (A), Innsbruck (A), Weer (A), Pill (A),
Buch in Tirol (A), Wiesing (A), Hainzenberg (A), Mayrhofen (A), Hainzenberg
(A), Gerlos (A), Mitersill (A), Bruck an der Grossglockner (A), Heiligenblut
(A), Winklern (A), Lainach (A), Obervellach (A), Villach (A), Rosenbach (A),
En Rojo -vuelta de Eslovenia hacia Alemania-: Rosenbach (A), Villach (A), Salzburgo (A)
En Rojo -vuelta de Eslovenia hacia Alemania-: Rosenbach (A), Villach (A), Salzburgo (A)
Terminamos la 4ª jornada, con un pequeño recorrido austriaco: desde Frastanz a Innsbruck. Unos 170 kilómetros que nos meteran en la ciudad de Innsbruck, capital del Tirol. Donde tenía pensado iniciar el recorrido la jornada del dia siguiente.
Casi sin darnos cuenta abandonamos Liechtenstein y entramos a Austria. Un país donde cada cosa parace estar en su sitio.
Es muy tarde, el tiempo se está cerrando a la carrera, asi que tomamos la autovia para llegar cuanto antes a Innsbruck. En Austria también tendremos que sacar la viñeta para circular por sus autovías.
Nos pilló una fuerte tromba de agua
optamos por parar en un área de servicio, para merendar, secarnos y a ver si mientras tanto amainaba la lluvia.
Mientras las nubes levantaban, reiniciamos la ruta hacia nuestro destino de la jornada.
Llegamos a Innsbruck con la tarde ya vencida y una ligera lluvia. Tomaremos esta ciudad como punto de partida para recorrer la región más espectacular de los Alpes Austríacos: El Tirol
En el Tirol austríaco cada elemento ocupa su lugar, nada aquí, resulta estridente. Las montañas son esbeltas y de considerable altitud, los pueblos son pulcros y uniformes, los ríos, de aguas cristalinas.
Innsbruck es la capital del estado del Tirol. Localizada en el valle del río Inn y rodeada de altas montañas. La práctica de deportes invernales le dan fama internacional a esta ciudad.
El río Inn y las montañas que las nubes no dejan ver.
No tardamos nada en encontrar un hotel "Hotel Innsbruck". Al lado del río y muy céntrico.
Dejaremos la moto descansar en el garaje del hotel y bien resguardada de la lluvia hasta la hora de partida.
El Tejado Dorado. Mañana lo veremos con luz de día.
Un salón de tango, donde tomar una buena copa frente a la pista de baile y disfrutar del espectáculo. Y si te atreves, que no es mi caso, con el tango, pues adelante.
5º día; jueves, 21 de agosto 2014 -275 km.-
Innsbruck (A), Weer (A), Pill (A), Buch in Tirol (A), Wiesing (A), Hainzenberg (A), Mayrhofen (A), Hainzenberg (A), Gerlos (A), Mitersill (A), Bruck an der Grossglockner (A), Heiligenblut (A), Winklern (A), Lainach (A)
Dedicamos la mañana, antes de partir, a disfrutar de esa hermosa ciudad.
Stadtturn -Torre de la ciudad-. Construida en 1450.
El Goldenes Dachl -Tejado Dorado-, es el símbolo de Innsbruck. Data de 1500 y está formado por 2.738 pequeñas tejas de cobre de dorado a fuego para el emperador Maximiliano I de Habsburgo para conmemorar su boda con Blanca María Sforza. Diseñado para servir como un palco real en el que el emperador y su séquito imperial podían disfrutar de festivales, torneos y otros eventos que tenían lugar en la plaza.
Casa Helblinghaus. Remodelada según el estilo rococó en 1730. Está decorada con hojas de acanto, querubines y otros adornos.
Calle con la Stadtturn, al fondo.
Iglesia Hofkirche "Iglesia de la corte". Alberga el monumento funerario del emperador Maximiliano I
Dom St Jacob
Incluso las fachadas mas sencillas nos sorprenden con su armonioso colorido.
Los suaves colores tono pastel, son una característica de esta ciudad.
Callejear por el casco antiguo de Innsbruck es descubrir antiguos portales
y muy bien conservados.
fachadas de singular belleza
El sello tiroles aflora por cualquier parte.
Soportales que albergan una retaila de cuidados comercios
Magic Drinks of Tirol -bebidas mágicas de Tirol-
Curioso comercio que ofrece bebidas que se destilan con agua de manantial de Tirol más noble y pura a partir de hierbas naturales, plantas y frutas, así como con la adición de muchos otros ingredientes secretos. Cada bebida, anuncian, se trata de una experiencia gastronómica distintiva.
Patio interior de una finca
A orillas del río Inn, de donde Innsbruck toma su nombre. Las casas de la margen derecha del río muestran los colores que se decoran todas las casas del centro.
Y como ví nuestro Toro, entré. ¡Qué ganas tenía de entrar en un bar!
Inmersos en nuestra apasionante ruta por el estado del Tirol y habiendo trascurrido escasamente una hora desde nuestra salida de Innbruck, llegamos al valle del río Ziller.
Donde se encuentra la ciudad de Mayrhofen.
Una ciudad tipicamente tirolesa rodeada de altas montañas, donde las pistas de esquí son su principal reclamo en invierno y sus rutas senderistas y ciclistas en verano. El deporte del parapente también se practica mucho en esta zona.
Buen lugar y hora para echatse una refrescante birra.
Desde cualquier punto de la ciudad se ve sobresalir las impresionantes montañas que la rodean.
Sin lugar a dudas, Austria es un país para andar en moto.
Te sorprende continuamente con estampas que hacen detener tu moto y disfrutarlas
Con chubascos frecuentes pero ligeros, mientras tomábamos altura, rodamos entre bosques de abetos.
En Austria, además de la viñeta, en determinadas carreteras hay que pagar peaje.
Esta es una de ellas. Paso de Geslos. Carretera de peaje, que transcurre por el Parque Nacional de Hohe Tauern, el mayor y más preservado de los Parques Nacionales de los Alpes. Imprescindible transitar por este paso.
Parada obligada,
para contemplar las cascadas de Keimml, las mas altas de Europa, situadas en el Parque Nacional "Hohe Tauern"
lugar privilegiado, para un descanso en la ruta.
En Mittersill, paramos a tomar fuerzas antes del objetivo: "La Grossglockner". La carretera de Alta Montaña más famosa de los Alpes.
Auténticos ¡Eh!
Los valles se suceden en nuestro periplo hacia el objetivo
y nos tenemos que enfundar el traje de agua. Vaya forma de empezar la Grossglockner
De nuevo otro peaje -24 €-. En la garita del peaje nos recomiendan no subir porque por allá arriba el tiempo está muy cerrado, mucha niebla y con probabilidad de nieve. Mi mujer habla alemán, cuando me tradujo, pensé ¡que de dar la vuelta nada!
Así que, exultantes, al menos yo, emprendimos la ruta de los 45 kilómetros que nos separan de Heiligenblut ¡¡¡Ibamos a rodar por la Grossglockner!!! y digo bien, porque rodar, rodamos. Pero verla...
En la medida que vamos subiendo, las nubes las sentimos más cerca.
Vamos sintiendo hacia donde nos metemos.
Y, sin duda, hay que disfrutarlo
Al borde de la carretera empezamos a ver nieve
Llegamos Parkplatz-Fuschertörl -2.407 m-
Todo cerrado a cal y canto. Ni un alma
¿Adonde nos hemos metido? Y aquí surge la pregunta de marras ¿Y si la moto nos deja tirados?
¡Ni una queja! Gracias, cariño.
"Ella", tampoco se queja.
Pues tenía razón el guarda de la garita. El tiempo empeoraba por momentos. Iniciamos el descenso en busca de la carretera que nos llevará al Grossglockner. La soledad del lugar, la temperatura y las nubes que, cada vez nos rodeaban con más ahínco pudieran parecer amenazantes para afrontar la bajada en moto pero, algo mágico se apodera de uno cuando forma parte de esa intemperie.
El asfalto estaba limpio, aunque los regueros de agua bien podían contener algo de hielo.
Con 4,5º es difícil que se forme hielo, pero es cuestión de tiempo, la temperatura bajaba a la carrera,
Un lago que apenas podemos ver por la densa niebla, pero estar, está.
Con cierta tensión acumulada, y en un escenario tan solitario como abrumador.
necesitábamos un respiro
Un café bien caliente en un lugar tan acogedor lo calma todo. En estas circunstancias todo se saborea de una forma bien distinta.
Los Wallner. Quizás parientes lejanos de mi mujer ¡Quien se lo iba a decir!
Continuamos el descenso, para tomar más abajo el desvío que nos llevará al Grossglockner
Se podía intuir lo que veríamos cuando de nuevo comenzáramos a subir hacia el glaciar de la Grossglockner
Esta será la única foto de la Grossglockner. A partir de aquí, empezó, todavía más a espesarse la niebla hasta llegar a hacer imposible nuestro avance pues apenas unos metros por delante de la moto me alcanzaba la vista. Escusa perfecta para volver en otra ocasión.
Al llegar al valle, empezamos a ver de nuevo el paisaje. La población de Heiligenblut, nos indica que nuestra ruta por esta espectacular carretera ha terminado.
Aunque no vimos nada, estuvimos ahí. Había pasado cierta zozobra, por el hecho de no ir solo. Cuando uno viaja acompañado la responsabilidad se multiplica. Pero eso es algo que no puedes trasmitir al acompañante...
Al poco llegamos a Winklern. Era para nosotros, en aquél momento, la civilización.
Al poco llegamos a Winklern. Era para nosotros, en aquél momento, la civilización.
Buscamos hotel en este lugar pero nos pareció demasiado caro. Más adelante sabíamos que había otro, de modo que probamos suerte. Todavía quedaba algo de luz.
Lo encontramos en Lainach, a escasos kilómetros de Winklern.
y "Ella", también. La amabilidad del personal del hotel, era extraordinaria. Quitaron un coche y lo dejaron a la intemperie para dejar nuestra moto bajo cubierto.
Amanece un nuevo día. La moto, en la puerta del hotel, lista para ser cargada y emprender de nuevo el rumbo.
por estos paisajes idílicos.
Curiosa noria de madera.
Con esta imagen, típicamente Austriaca, abandonamos este país,
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