Recorrido total: 2.356 km
Fechas: 9 dias -11 al 19 Agosto de 2010-
En solitario
Este viaje se compone de 3 partes
1ª Parte ( 2 dias)- Rumbo al Norte: Valencia, Jaca, Valle de Hecho, Irún, San Sebastián, Zarautz.
2ª Parte ( 5 dias)- El Norte por la costa: Zarautz, Bilbao, Santander, Gijón.
3ª Parte ( 2 días)- El Norte por el interior: Gijón, Oviedo, León, Burgos, Logroño, Soria, Teruel, Vcia.
Ruta y poblaciones de paso:
1º día; miercoles, 11 de agosto de 2010: Valencia-Jaca, 521 km.
Valencia -por A23-: Teruel, Zaragoza, Huesca, -por A-132-:Chinillas, Esquedas, Ayerbe, Murillo de Gállego, Riglos, (Embalse de la Peña), Salinas de Jaca, Villalangua, Bailo, Puente la Reina de Jaca, Jaca.
2º día; jueves, 12 de agosto de 2010: Jaca-Zarautz, 325 km.
Jaca, Puente la Reina, Javierregay, Embúm, Hecho (Valle de Hecho) retroceso hacia Puente la Reina, Berdún, Tiermas (Embalse de Yesa), Yesa, Liédena, Izco, Abínzano, Monreal, Pamplona, Oláibar, Olague (Puerto de Belate), Narbarte, (Valle del Bidasoa), Berrizaun, Behobia (Irún), San Sebastián, Zarrautz.
3º día; viernes, 13 de agosto de 2010: Zarautz-Lekeitio , 50 km Hasta Bilbao en la grua
Zarautz, Getaria, Arroa-Bekoa, Itziar, Deba, Mutriku, Ondarroa, Mendexa, Iturrate, Likoa, Lekeitio (me quedo sin bateria y hasta Gernika en la grua y de alli hasta Bilbao en taxi)
4º día; sabado, 14 de agosto de 2010: Bilbao
5º día; domingo, 15 de agosto de 2010: Bilbao
6º día; lunes, 16 de agosto de 2010: Bilbao-Islares, 60 km.
Bilbao, Portugalete, Getxo, Santurtzi, Castro-Urdiales, Islares.
7º día; martes, 17 de agosto de 2010: Islares-Gijón, 380 km.
Islares, Oriñón, Mollaneda, Laredo, Santoña, Santander, Santillana del Mar, Oreña, Comillas, San Vicente de la Barquera, LLanes, Ribadesella, Caravia -Mirador del Fito-, Colunga, Villaviciosa, Tazones, Gijón.
8º día; miercoles, 18 de agosto de 2010: Gijon-Burgos, 390 km.
Gijón, Oviedo, Puerto de Pajares, La Pobla de Gordón, La Robla, León, Burgos.
9º día; jueves, 19 de agosto de 2010: Burgos-Valencia, 630 km.
Burgos, Santo Domingo de la Calzada, Nájera, Logroño, Puerto de Piqueras, Soria, Calatayud, Daroca, Calamocha, Monreal del Campo, Teruel, Valencia.
Ruta completa:
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1ª Parte ( 2 dias)
Rumbo al Norte: Valencia, Jaca, Valle de Hecho, Irún, San Sebastián, Zarautz.
1º día; miércoles, 11 de agosto de 2010: Valencia-Jaca, 521 km.
Valencia -por A23-: Teruel, Zaragoza, Huesca, -por A-132-:Chinillas, Esquedas, Ayerbe, Murillo de Gállego, Riglos, (Embalse de la Peña), Salinas de Jaca, Villalangua, Bailo, Puente la Reina de Jaca, Jaca.
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A las 12 de la mañana de un 11 de agosto, no es la mejor hora para encarar un viaje en moto saliendo de Valencia y teniendo, además, que atravesar toda la Comunidad de Aragón en plena solana del medio día. Pero claro, las tertulias de verano al fresco es lo que tienen, que cuando te das cuenta son las tantas de la mañana y luego no hay despertador capaz de despertar a uno. Como tenia decidido que, además el viaje me lo iba a tomar con toda la tranquilidad del mundo pues, así lo empecé.
Con un café en el cuerpo y un bocadillo que, como si fuera mi madre me preparó Alejandra, de la Arroceria Aries en Valencia, partí hacia tierras norteñas.
Ya en ruta dejando la provincia de Teruel y entrando en la de Zaragoza, me dejo atrapar por el poder de atracción que siempre, en mi, despiertan los campos de girasoles.
El calor aprieta. Tan solo una parada al llegar a Cariñena, en la provincia de Zaragoza, para repostar y dar buena cuenta del bocata que llevaba, "todavía caliente" -con el calor que hacia, normal-. Un par de cervezas bien frías recién compradas en la estación de servicio, el bocata, y el cobijo de una buena sombra en un parque público, serían mi excusa para tomar fuerzas y continuar viaje hasta Zaragoza.
Son las tres de la tarde, así que, la ciudad, Zaragoza, está haciendo la siesta. Aprovecho y tras un buen café en una de sus céntricas cafeterías, doy una vuelta por el centro de la ciudad.
Visita obligada a la Plaza del Pilar.
La Catedral de estilo barroco, preside de forma monumental la plaza del Pilar.
En Zaragoza las fuentes y los monumentos al agua son una constante.
Catedral de San Salvador o la Seo, primera catedral cristiana en Zaragoza.
El Puente de Piedra sobre el rio Ebro con la Catedral-Basílica de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, al fondo. El Puente de Piedra es el más antiguo que se conserva sobre el rio Ebro. De estilo gótico, siglo XV, ha sido restaurado en numerosas ocasiones debido a las crecidas del Ebro.
Moderna pasarela sobre el Ebro.
Puente del Tercer Milenio. Construido en el 2008 por el arquitecto oscense J.J. Arenas de Pablo. Es un moderno puente de arco elevado atirantado de 270 m de logitud que permite cruzar el cauce del rio Ebro.
Hacia las 16,30 salgo de Zaragoza. Me percato ahora que, instintivamente, el fuerte calor, hizo que la visita a esta ciudad me llevara por donde había agua. O es que hay agua por todos los lados, que también lo es.
Tras rodar unos 135 km llego a Huesca a media tarde. Me encuentro el centro totalmente cortado e invadido por bandas de música y grupos de festeros ataviados con trajes tipicos de Aragón.
Estan de fiesta. Se celebra las fiestas de "San Lorenzo" y yo pienso...¡¡¡qué celebración más oportuna!!!
Un breve descanso en esta terraza, con una cerveza bien fría hará que me recomponga del "Lorenzo" que caía.
Desde Huesca enfilo hacia Jaca, rodando por la comarca Hoya de Huesca. El paisaje cambia radicalmente, ahora es muy montañoso. Empiezo a disfrutar de la moto. Un cartel a mi derecha indica "Los Mallos de Riglos" -8 km-. Algo me hace sospechar que vale la pena tomar el desvío. Y efectivamente, ya desde lejos se visalumbran las paredes verticales de los Mallos.
Los Mallos son formaciones geológicas de paredes de impresionante tamaño, con paredes de mas de 300 metros.
Antes de llegar a la población hay un pequeño mirador donde existen dos monolitos. Uno de ellos dedicado a dos alpinistas aragoneses Rabadá y Navarro, pioneros en abrir varias vías de escalada en los Mallos de Riglos. Otro monolito recuerda los alpinistas fallecidos a lo largo de los años en estas paredes.
Tras una breve parada en Riglos, contínuo la ruta hacia Jaca. El río Gállego, uno de los principales afluentes del Ebro.
una zona de rápidos en el Gállego.
En este río encontramos el Embalse de la Peña, es una de las presas más antiguas de España, fue construida en 1913. El dique de la presa se apoya en una peña natural, tal como podemos observar en esta imagen.
El túnel del embalse de La Peña se tuvo que construir para que el embalse no inundara las vías de comunicación, salvando el paredón calcáreo que le da nombre al embalse. Justo tras pasar este túnel hacia el norte comienza un puente de celosía metálica de unos 200 metros que sirve para cruzar el vaso del embalse.
Rodando por la provincia de Huesca, de camino hacia Jaca.
A las 8.30 de la tarde llego a Jaca, tras buscar hotel me dispongo a descansar de la primera jornada. No sin antes dar una vuelta por esta bella población.
La Catedral de San Pedro de Jaca es una de las construcciones más características y antiguas del románico en España. Comenzó a construirse casi al tiempo que la de Santiago de Compostela en el último cuarto del
siglo XI como sede episcopal y cabeza del Reino de Aragón.
siglo XI como sede episcopal y cabeza del Reino de Aragón.
2º día; jueves, 12 de agosto de 2010: Jaca-Zarautz, 325 km.
Jaca, Puente la Reina, Javierregay, Embúm, Hecho (Valle de Hecho) retroceso hacia Puente la Reina, Berdún, Tiermas (Embalse de Yesa), Yesa, Liédena, Izco, Abínzano, Monreal, Pamplona, Oláibar, Olague (Puerto de Belate), Narbarte, (Valle del Bidasoa), Berrizaun, Behobia (Irún), San Sebastián, Zarrautz.
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El carácter fronterizo de la ciudad de Jaca ha tenido una clara influencia en su urbanismo y en el patrimonio de la ciudad.
La ciudadela de Jaca o Castillo de San Pedro es uno de los monumentos más singulares y valiosos de la comarca de La Jacetania.
Su construcción se enmarcó en la estrategia de defensa adoptada por Felipe II tras la invasión del valle de Tena por tropas procedentes del Sur de Francia que capitaneaba Antonio Pérez, antiguo secretario del Rey, en enero de 1592, y también como elemento apaciguador de las posibles revueltas internas.
La población de Hecho que da nombre al valle.
Ciertamente es un lugar con mucho encanto.
La piedra es la materia prima de sus construcciones.
Tras el recorrido por las calles empedradas de esta población enfilo hacia el valle.
y no soy el único que lo hace. Iría un buen rato detrás de este rebaño, pero nada mas lejos que inmiscuirme en su trazado.
La carretera se adentra en el valle atravesando enormes gargantas labradas en la roca de la montaña por el curso del agua.
Iba yo por estas estrechas carreteras rodeadas de profundos cañones a mi lado añorando la compañía de otro colega cuando vi el túnel y el cartel: "Boca del infierno" ¡Jóder lo que me faltaba! Y como si fuera una premonición, nada más pasar el agujero, un fuerte viento sopló y vi todavía mas cerca la valla de protección que me hubiera gustado que fuera algo más alta.
Son sensaciones que uno vive dentro del casco en la soledad de estos parajes. Y cuando ves un grupo de humanos, aunque sea allá abajo, uno se alegra.
La estrecha carretera serpentea entre el cauce del río y las paredes de la montaña.
Tras unos 12 kilómetros llegamos a la selva de Oza una zona de esparcimiento enclavada en plena naturaleza. Aquí podremos recrearnos en el entorno en la terraza de una rústica taberna. Me adentré unos pocos kilómetros más por una pista forestal, pero cada vez mas complicada de hacer y, cargado como iba no era muy prudente continuar, pues tenía pinta de dejar de ser pista y convertirse en senda.
Deshaciendo el camino hecho.
Con razón me asusté al venir por aquí cuando el viento me azotó al salir del agujero. La valla no daba mucho de sí,
y la altura que había hasta el río era importante.
Y una vez lo paso de vuelta, si paro a disfrutarlo.
No tenía ninguna prisa por abandonar este lugar, además, este otro túnel es mucho más apacible.
Tras dejar el valle de Hecho, continúo ruta siguiendo la estela del embalse de Yesa.
Llegada a Pamplona. No son los San Fermines.
Pero a cada paso que das, una vez llegas al Ayuntamiento y calles adyacente sus imágenes -la de los San Fermines-, se recrean en la mente.
acogedoras terrazas en sus céntricas calles.
La Plaza del Castillo está en el centro neurálgico de la ciudad. Está rodeada por casas que en su mayoría datan del siglo XVIII.
Al fondo el Gran Hotel La Perla. Fue el alojamiento preferido de Ernenst Hemingway durante sus visitas a Pamplona.
Palacio de Goyeneche, del siglo XVIII, en la Plaza del Castillo.
El nuevo Casino de Pamplona y café Iruña.
En el centro de la plaza El Quiosco.
Calles adyacentes a la Plaza del Castillo.
La curva de la Estafeta.
Abandono Pamplona rumbo al norte.
Pero hay veces que el paisaje me absorbe, y no dudo en desviarme y disfrutarlo.
El río Bidasoa.
Una leve llovizna me acompaña, por estas bellas carreteras en la Comunidad Foral de Navarra.
caseríos y paisajes navarros.
La población de Igantzi, en Navarra.
Dejando esta pequeña excursión por pueblos de Navarra.
Lo que empezó como una leve llovizna, antes de llegar a Irún, se convirtió en un fuerte chubasco que, hace que tenga que parar a equiparme con el chubasquero.
Con una fuerte tromba de agua llego a algo parecido a "terreno de nadie" : Behobia, un barrio histórico de Irún situado al sur del río Bidasoa, y a la vez, un gran "Hiper" de "todo". Huyo de aquí, prácticamente sin detenerme.
Costeando por la provincia de Guipúzcoa, llego pronto a su capital: San Sebastián (Donostia, en euskera).
Aquí, en San Sebastián, seria un sacrilegio no hacer, al menos, una extensa parada.
El río Urumea a su paso por San Sebastián.
El puente de Maria Cristina que salva el río.
En el Cantábrico, es la Bahía de la Concha la que nos da la bienvenida. Comienza mi viaje por el Norte de la Península.
El paseo de La Concha, bordea la playa y ofrece poder contemplar plácidamente la bahía...
...y la isla de Santa Clara.
Playa de la Concha y la bella barandilla que rodea el paseo, que se ha convertido en una de las señas de identidad de la ciudad. Fue creada a principios del siglo XX por el arquitecto Juan Rafael Alday.
Su construcción se enmarcó en la estrategia de defensa adoptada por Felipe II tras la invasión del valle de Tena por tropas procedentes del Sur de Francia que capitaneaba Antonio Pérez, antiguo secretario del Rey, en enero de 1592, y también como elemento apaciguador de las posibles revueltas internas.
El diseño de la Ciudadela de Jaca está derivado de la necesidad de responder eficazmente a los ataques de un ejército provisto de artillería. Su planta dibuja un pentágono regular. Sus ángulos están reforzados mediante cinco baluartes artillados y las defensas avanzadas disponen del correspondiente foso perimetral, caminos cubiertos, plazas de armas y glacis exterior
Iba en dirección a Pamplona, pero al poco de salir de Jaca vi un cartel que me llamó la atención. Indicaba Valle de Hecho. Pues allí me dirijo, un breve recorrido que tendré que deshacer.
La población de Hecho que da nombre al valle.
Esta población destaca por su bien conservado conjunto urbano, famoso por su particular arquitectura tradicional, presidida por la monumental iglesia parroquial de San Martín.
Ciertamente es un lugar con mucho encanto.
La piedra es la materia prima de sus construcciones.
Tras el recorrido por las calles empedradas de esta población enfilo hacia el valle.
y no soy el único que lo hace. Iría un buen rato detrás de este rebaño, pero nada mas lejos que inmiscuirme en su trazado.
La carretera se adentra en el valle atravesando enormes gargantas labradas en la roca de la montaña por el curso del agua.
Iba yo por estas estrechas carreteras rodeadas de profundos cañones a mi lado añorando la compañía de otro colega cuando vi el túnel y el cartel: "Boca del infierno" ¡Jóder lo que me faltaba! Y como si fuera una premonición, nada más pasar el agujero, un fuerte viento sopló y vi todavía mas cerca la valla de protección que me hubiera gustado que fuera algo más alta.
La estrecha carretera serpentea entre el cauce del río y las paredes de la montaña.
Tras unos 12 kilómetros llegamos a la selva de Oza una zona de esparcimiento enclavada en plena naturaleza. Aquí podremos recrearnos en el entorno en la terraza de una rústica taberna. Me adentré unos pocos kilómetros más por una pista forestal, pero cada vez mas complicada de hacer y, cargado como iba no era muy prudente continuar, pues tenía pinta de dejar de ser pista y convertirse en senda.
Deshaciendo el camino hecho.
Con razón me asusté al venir por aquí cuando el viento me azotó al salir del agujero. La valla no daba mucho de sí,
y la altura que había hasta el río era importante.
Y una vez lo paso de vuelta, si paro a disfrutarlo.
Tras dejar el valle de Hecho, continúo ruta siguiendo la estela del embalse de Yesa.
Llegada a Pamplona. No son los San Fermines.
Pero a cada paso que das, una vez llegas al Ayuntamiento y calles adyacente sus imágenes -la de los San Fermines-, se recrean en la mente.
acogedoras terrazas en sus céntricas calles.
La Plaza del Castillo está en el centro neurálgico de la ciudad. Está rodeada por casas que en su mayoría datan del siglo XVIII.
Al fondo el Gran Hotel La Perla. Fue el alojamiento preferido de Ernenst Hemingway durante sus visitas a Pamplona.
Palacio de Goyeneche, del siglo XVIII, en la Plaza del Castillo.
El nuevo Casino de Pamplona y café Iruña.
En el centro de la plaza El Quiosco.
Calles adyacentes a la Plaza del Castillo.
La curva de la Estafeta.
El río Bidasoa.
Una leve llovizna me acompaña, por estas bellas carreteras en la Comunidad Foral de Navarra.
caseríos y paisajes navarros.
Dejando esta pequeña excursión por pueblos de Navarra.
Lo que empezó como una leve llovizna, antes de llegar a Irún, se convirtió en un fuerte chubasco que, hace que tenga que parar a equiparme con el chubasquero.
Con una fuerte tromba de agua llego a algo parecido a "terreno de nadie" : Behobia, un barrio histórico de Irún situado al sur del río Bidasoa, y a la vez, un gran "Hiper" de "todo". Huyo de aquí, prácticamente sin detenerme.
Costeando por la provincia de Guipúzcoa, llego pronto a su capital: San Sebastián (Donostia, en euskera).
Aquí, en San Sebastián, seria un sacrilegio no hacer, al menos, una extensa parada.
El río Urumea a su paso por San Sebastián.
El puente de Maria Cristina que salva el río.
En el Cantábrico, es la Bahía de la Concha la que nos da la bienvenida. Comienza mi viaje por el Norte de la Península.
El paseo de La Concha, bordea la playa y ofrece poder contemplar plácidamente la bahía...
...y la isla de Santa Clara.
Playa de la Concha y la bella barandilla que rodea el paseo, que se ha convertido en una de las señas de identidad de la ciudad. Fue creada a principios del siglo XX por el arquitecto Juan Rafael Alday.
Tras disfrutar de estas preciosas vistas en San Sebastián, me dispongo a buscar lugar para pernoctar ¡Imposible! Era la Semana Grande y ocupación casi al 100%. Lo poco que encontré libre a unos precios de escándalo. Decidí pues, salir hacia poblaciones mas pequeñas con la esperanza de encontrar algún lugar.
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