Norte de España

2ª Parte (5 dias)
El Norte por la costaZarautz, Bilbao, Santander, Gijón.
La Semana Grande también había llegado a Zarautz, y todos los hoteles con plena ocupación. Serian las 11 de la noche y allí me encontraba yo, frente a la playa, pensando que esta vez no me libraba de hacer "la luna". Llevaba un saco de dormir, por aquello de los imprevistos y ahí estaba, frente a la playa ya bien entrada la noche y con muy pocas ganas de tumbarme en la arena a pasar la noche. Así las cosas, hice el último intento en un pequeño hotel y, aunque no había plazas disponibles, me puso en contacto con un conocido suyo que alquilaba habitaciones en su casa. Sí, el precio resultó caro pero al menos dormiría bajo techo y con una buena ducha antes de la cena ¡Lo necesitaba!

3º día; viernes, 13 de agosto de 2010: Zarautz-Lekeitio -50 km- Hasta Bilbao en la grúa.
Zarautz, Getaria, Arroa-Bekoa, Itziar, Deba, Mutriku, Ondarroa, Mendexa, Iturrate, Likoa, Lekeitio (me quedo sin batería y hasta Gernika en la grúa. De Gernika hasta Bilbao, en taxi)


Y, de la pesadumbre de encontrarme sin techo bien entrada la noche, pasé a la euforia de tener una pequeña habitación con baño compartido. Así que, tras cenar lo celebré con un par de Gins en los chiringuitos de copas y de mucha marcha, que habían en el paseo marítimo, junto a la playa. Esa misma playa que un rato antes se me había antojado un tanto desolada. 
Madrugué al día siguiente y lo primero que hice fue disfrutar "de día" lo que la noche me había negado.


La playa de Zarautz es la más grande de la provincia de Guipúzcoa y una de las de mayor extensión del Cantábrico.

Cualquier sitio es bueno para revindicar el mapa de Euskal Herria, referido al espacio en el que la cultura vasca se manifiesta en toda su dimensión. Por lo tanto abarca el Pais Vasco, Navarra y el Pais Vasco Francés. 

No me privé, mientras hacía ganas para el desayuno, de recorrer algunas calles...

...plazas,


y jardines, de esta bella población.

Torre de los Zarauz y parroquia de Santa María la Real.

 Abandono Zarautz, y emprendo la ruta.

a estas horas, las playas, están totalmente desiertas.

 A un lado, la costa y el mar, a otro, bellos caseríos vascos.

 La carretera discurre totalmente pegada a la costa.

voy entusiasmado disfrutando de estas vistas, mientras ruedo con la moto

Pero hay que detenerse, aunque este lloviznando, para contemplar los hermosos paisajes vascos.

 con los caseríos diseminados por los verdes prados.

los acantilados

 y los nubarrones, que también me acompañaran durante toda la jornada.


Aunque una leve llovizna era mi compañera desde hacía buen rato, iba a gusto en la moto, muy a a gusto.

A mi paso por la población de Deba, las cosas se ponen demasiado húmedas. Pues eso, terracita, cervezas, tapas y a esperar que escampe. Me remojaré también por dentro, casi al mismo ritmo que la lluvia que caía. No hay prisas, y a pesar de la lluvia, disfruto del viaje.

Dejando Gipuzkoa -esta vez en euskera-

y entrando a Bizkaia

Iba pensando uno...Hoy tengo que hacer una foto en la que aparezca yo, que para eso llevo una camiseta de MotoAlmuerzo Valencia. Creo que es la única foto de las más de 500 que tengo de todo el viaje. Pero de verdad, como ya he dicho otras veces, la moto no va sola.

Ondarroa es la primera población de paso, al entrar en la provincia de Vizcaya.

Puerto de Ondarroa.

Paisajes en la ruta que no te cansas de contemplar.

Camino hacia Lekeitio. Se suceden las curvas y buen asfalto.


Lekeitio, provincia de Vizcaya, situada en la desembocadura del río Lea a orillas del Cantábrico. Población con amplias playas y fuerte sabor marinero

La isla de San Nicolás, en Lekeitio donde, con bajamar, se puede llegar a pie

El faro de Lekeitio. Ubicado en un acantilado del cabo de Santa Catalina, a 48 m. sobre el nivel del mar.

 Desde aquí mismo podemos contemplar la costa Cantábrica en todo su esplendor.

y lo abrupto de sus acantilados.

El vuelo cercano de las gaviotas, es una constante en la costa cantábrica. 

Todo ello, disfrutado desde esta terraza pegada al faro, mientras saboreo un buen café. Ignorante de que, mientras tanto, la batería de mi moto estaba muriendo.

Tras una breve charla con la empleada de la cafetería, me dispuse a partir y,...¡La moto no arranca! La batería había muerto sin previo aviso.  Llamé al servicio móvil de BMW -pensando que vendrían con una batería nueva, graso error- y, mientras esperaba, pensé en bajar al pueblo y pillarme un bocata, bueno como estaba en lo alto y había una buena cuesta, dejé caer la moto y arrancó enseguida. Dejé la moto en marcha, sin parar el motor, entré a un bar y compre el bocadillo. Volví a subir al faro, donde había quedado que acudiría el servicio técnico. Mi sorpresa fue que no llegaba con una batería sino con unos cables para arrancar la de mi moto. Bueno, pensé, esto me permitirá ir al servicio oficial más próximo -que ya tenía localizado en Leioa- y cambiar la batería. Tras arrancar la moto, me despedí del conductor de la grúa y se marchó. Con la moto ya arrancada, cuando fui a salir me di cuenta que el casco lo había metido en el top-case y estaba cerrado con llave. No pensé -otro error- en la llave de repuesto que, cuando salgo de viaje llevo en la chaqueta, y paré la moto para, con la llave, que es la misma, abrir el top-case. Cuando intenté arrancar la moto, dijo que no. No hay problema, -pensé- la tiro cuesta abajo como había hecho antes y la arranco. Pero esta vez no hubo suerte, la moto ya no arrancó. Dos chavales estuvieron empujándome sin conseguir arrancar la moto. Al final me recomendaron un taller, que, aunque de coches quizás pudieran solucionarme el problema.
Los del taller, el jefe y su empleado, casi dos horas estuvieron intentando, cargar la batería, traerme otras que tenia en un almacén. De ninguna forma pudimos dejar la moto en condiciones de marcha. La batería había muerto totalmente y las que me traían no tenían suficiente potencia.
La tarde del viernes se había consumido y de esta forma la posibilidad de reanudar la marcha en todo el fin de semana. Esta vez llamé al seguro, y una grúa se llevo mi moto a Guernika, pues al ser viernes, y muy avanzada la tarde, el servicio oficial ya estaba cerrado. Así que hasta el lunes, dique seco para mi. Subí yo delante con el conductor de la grúa y, así, vestido de romano, llegamos al depósito de la grúa. La moto se quedó en Guernica y un taxi a cargo del seguro me llevó a mi a Bilbao a pasar el fin de semana.
Agradecer en primer lugar a los chavales del taller, por la paciencia y ganas de solucionarme el problema. También a los de la grúa de Mapfre -pues me prometieron que el lunes, el primer vehículo que despacharían seria mi moto, como así hicieron-. Y hasta el taxista que me llevó a Bilbao se portó de maravilla, pues hasta que no encontré hotel, allí estaba él esperando, con una simpatía digna de agradecer. A todos ellos muchas gracias. Cuando viajas solo, a estos pequeños detalles son los que más valor le das. 
Eran casi las 12 de la noche cuando, al fin, tenía donde relajarme después de unas 8 horas de incertidumbres. 

4º y 5º día; sábado y domingo, 14 y 15 de agosto de 2010: Bilbao

El sábado al abrir la ventana de la habitación me encontré esta bonita imagen de la ria de Bilbao. El hotel estaba situado a su orilla. Hotel "Ria de Bilbao", sencillo, cómodo y económico.

Tenía dos días para hacer turismo en Bilbao. Quizás los astros se habían confabulado para que esta ciudad la visitara como se merece.
El museo Guggenheim Bilbao a orillas de la ría. Salvando la ría, el puente de La Salve.

El Guggenheim Bilbao. El propio edificio se puede considerar una escultura, una obra de arte en sí mismo.

Al otro lado de la ría, la Universidad de Deusto.

La visita al Museo Guggenheim Bilbao resulta ineludible. Diseñado por el arquitecto Frank Gehry. Alberga, tanto exposiciones de arte  pertenecientes a la fundación Guggenheim, como exposiciones itinerantes.

El interior del museo.





La ria de Bilbao, vista desde el interior del Museo.



Instalaciones permanentes en el museo.




















El perro Puppy, mascota de la pinacoteca del Guggenhein, creado por Jeff Koons. Convertido en un icono del museo y de la ciudad.

Después de la visita al museo, y hacerme con un paraguas que nunca utilicé, pues nada mas comprarlo paró de llover, recorrí las calles de la ciudad.

Iglesia de San José.

Plaza Moyua.

El Palacio Chavarri, contrasta con la modernidad de la imponente imagen de la Torre Iberdrola.

Muy cerca del Museo Guggenheim y junto a otros modernos inmuebles, se encuentra la Torre Iberdrola. El emblemático rascacielos de Bilbao mide 165 metros de altura distribuidos en 41 plantas. Fue diseñado por el arquitecto argentino César Pelli. El edificio tiene forma de prisma triangular, y sus fachadas son de vidrio, compuesta de más de 5.500 ventanas de doble cristal.

vista general de la ría de Bilbao.

Lo que mas me atrajo y disfruté de esta ciudad es de la ría.

Fachada del Teatro Arriaga.

Enfrente del teatro se ubica la iglesia de San Nicolás, de estilo barroco.

Modernos edificios al lado de la ria. Entre ellos las torres Isozaki. Al fondo se puede apreciar el puente Zubizuri del arquitecto valenciano Santiago Calatrava. 

Ayuntamiento de Bilbao


Plaza Nueva, ubicada en el Casco Viejo de Bilbao.

En Bilbao hay que ir de pintxos y en esta bonita plaza encontraremos oferta abundante para ello.


Deambulando por el Casco Viejo de la ciudad.



Iglesia de los Santos Juanes

Plaza de Santiago.

donde se emplaza la Catedral Basílica de Santiago

El sábado recibí una llamada muy oportuna, como siempre, de mi amigo Boiro, que sabía de mi viaje en solitario por el Norte, para preguntarme como iba. Él se encontraba con su mujer, María José, de viaje por la Bretaña francesa. Cuando le conté mis avatares, y que estaba sin moto, haciendo turismo en Bilbao, me dijo que se pasaría por allí puesto que ya venia de vuelta a Valencia. Le tomé una habitación en el mismo hotel que estaba yo y de esta forma pasamos el domingo y parte del lunes juntos.
Y de qué forma me alegré de compartir con ellos, lo que restaba de estancia en Bilbao, pues no es mismo estar con tu montura al lado, que sentirte "descabalgao", como yo me sentía.
Bonito recuerdo en la Plaza Nueva de Ernesto y María José..

Mi cara es un reflejo del momento. Si, Ernesto, vuestra inesperada compañía fue de los mejores momentos de mi viaje por el norte ¡Gracias amigos!

Por la noche salimos a cenar, ya motorizados, aunque en coche, y nos desplazamos a Plentzia donde dimos buena cuenta de unos suculentos platos típicos de la cocina vasca.
Pasamos por Getxo, donde se encuentra el Puente Vizcaya, que une las poblaciones de Portugalete y Getxo. La vista nocturna es este puente colgante, con su plataforma surcando el cielo, es espectacular.

Puente en la ría de Plentzia, al anochecer.


6º día; lunes, 16 de agosto de 2010: Bilbao-Islares, 60 km.
Bilbao, Portugalete, Getxo, Santurtzi, Castro-Urdiales, Islares.

Hoy, lunes, por fin recogeré la moto en el concesionario oficial Bikar Motor, en Leioa. Llamé a primera hora de la mañana y me confirmaron que la moto ya estaba allí -el conductor de la grúa no me había fallado-. Tenían que cargar la batería, y hasta después de comer no tendría la moto en disposición de marcha. Así que Boiro me llevo a Leioa, dejé la ropa y botas de la moto en el taller y me puse cómodo para continuar haciendo turismo "a pie" y tras almorzar juntos en Getxo, alrededor de las 11 de la mañana, Boiro y María José, reanudaron su vuelta a Valencia. Yo me quedaba de nuevo solo, a la espera de poder continuar el viaje por el Norte de España.
Mientras se hacía la hora de recoger la moto, continué mi ruta turística a ambos lados del Nervión.

Al otro lado de la ría, enfrente de Getxo, Portugalete. Empezaré por allí...

El puente de Vizcaya, es un puente transbordador de peaje, que une las dos márgenes de la ría del Nervión en Vizcaya. Enlaza la villa de Portugalete con el barrio de Las Arenas, que pertenece al municipio de Getxo. Fue inaugurado en el año 1893, siendo el primero de su tipología en el mundo.

Atraído por este monumental puente colgante, decido pasar a la otra orilla, Portugalete a través de la barquilla transbordadora, que es utilizada para pasar tanto vehículos como personas.

La ría desde el transbordador del puente.


Un ascensor panorámico te eleva a unos 50 metros de altura. Desde la plataforma, ahora recorreré el puente a pie para, desde aquí, contemplar las panorámicas que ofrece la altura. 
Al margen derecho de la ría: Getxo visto desde la pasarela peatonal del puente.

Al margen izquierdo de la ría, Portugalete. Al fondo, Santurce, en la desembocadura de la ría de Bilbao y a los pies del monte Serantes.

Paseando por las alturas.

Panorámica de Portugalete, con la Basílica de Santa Maria, destacando sobre el resto de edificaciones.

La estructura del puente sigue el mismo estilo que la torre Effiel,



La ría de Bilbao, abriéndose al mar.

La barquilla transbordadora, vista desde la plataforma peatonal del puente.


Una vez disfrutado sobradamente las alturas del Puente de Vizcaya, me dispongo a recorrer las calles de Portugalete.


Ayuntamiento de Portugalete



El puente colgante se divisa desde muchos puntos de la población.


El casco antiguo de la villa de Portugalete.









Me dirijo de nuevo al Puente para cruzar a la otra orilla de la ría, a Getxo.


Ya en la otra orilla, en Getxo y a escasos metros del Puente de Vizcaya, situado en el muelle de Churruca, hay un espigón llamado la "Mojijonera", que se adentra hacia el mar. Al inicio del mismo nos encontramos un pequeño parque...

...que alberga un conjunto escultórico dedicado al ingeniero Evaristo de Churruca, quien se encargó de regularizar la entrada a El Abra, que hasta principios del siglo XX resultaba muy peligrosa, debido a una barrera de arena. Inaugurado en octubre de 1939.

Es una torre-faro similar a un obelisco, presidida por una estatua de 2.75 metros de altura y realizada en bronce. Destaca las dos estatuas en bronce que representan al Hombre y a Neptuno. La pierna de Neptuno, dios mitológico de las aguas, sujeta una gran piedra. Con esta imagen se simboliza la lucha del hombre contra el mar.

Continuando el paseo por la playa de Las Arenas y su muelle.

le sigue la playa de Ereaga

llegaremos hasta el puerto pesquero de Algorta, más conocido como Puerto Viejo. Algorta es un barrio de Getxo, donde se encuentra el Puerto Viejo.

Este enclave, el Puerto Viejo, es un lugar muy pintoresco, con sus estrechas...

...y empinadas calles.

calles que conservan el aroma de los viejos puertos marineros.


casas encaladas de blanco, que conservan las típicas estructuras de

estos bellos pueblos con rancio sabor marinero.


En este clásico puerto marino se pueden degustar pintxos, o comer en alguno de sus buenos restaurantes.


Es tarde y tengo que ir a recoger la moto. Tomo el ascensor que me llevará hasta el Parque-Mirador de Usategui y contemplar las vistas que desde el mismo se ofrecen.

Subiendo en el ascensor.

Panorámica sobre El Abra

Son las 6.30 de la tarde, cuando salgo del taller, ya montado en la moto. El objetivo de hoy es hacer unos pocos kilómetros,  buscar pronto un hotel y descansar pues, después de casi tres días de pateo, las agujetas hay hecho huella en mi. Es en la misma carretera, en la población de Islares y a escasos 60 kilómetros de Bilbao, donde encuentro un hotel con muy buena pinta y allí decido pernoctar. 
Ya había descansado algo y aunque era de noche me apetece coger la moto, aunque sea tan solo 6 km y desplazarme a Castro Urdiales, para cenar. Cuando volvía al hotel, al pasar por Islares había una berbena al aire libre muy animada, pues nada, allí me hice un par de copas en un ambiente digo de otras épocas y pronto a retirarme para descansar.

7º día; martes, 17 de agosto de 2010: Islares-Gijón, 380 km.
Islares, Oriñón, Mollaneda, Laredo, Santoña, Santander, Santillana del Mar, Oreña, Comillas, San Vicente de la Barquera, LLanes, Ribadesella, Caravia -Mirador del Fito-, Colunga, Villaviciosa, Tazones, Gijón.

Es martes y desde el viernes por la tarde, tan solo he hecho 60 km. Estoy loco por volver a la ruta y hacer kilómetros en moto.. ¡Hoy es el día! Después del fin de semana haciendo turismo es como si empezara otro viaje...hasta los carteles de la carretera me parecen bonitos. Sobre todo si indican que entramos a la Comunidad Autónoma de Cantabria.

Rodaremos bordeando la costa, con estas vistas tan impresionantes.

La comunidad Cántabra discurre entre el mar Cantábrico


y las montañas de la cordillera Cantábrica.

Circulando por la antigua carretera general N-634 y, a unos 15 kilómetros de Islares, nos encontramos el mirador de Antonio Ruiz. 

Dejaremos la moto y andaremos unos metros hasta el mirador,

para contemplar la belleza de todo el Valle de Liendo.

con bonitas panorámicas del valle.

Continuamos ruta en dirección a Santander, capital de la provincia de Cantabria.

Panorámica de Laredo. Al fondo Santoña, ¡para allá vamos!

En dirección a Santoña, pasaremos por el Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel.



Dejaremos la moto, y nos recrearemos en el Parque.

Podemos acceder a un observatorio de aves, al lado mismo de la carretera.

desde el cual, podremos observar las marismas del Parque Natural.


Al pasar el Parque llegamos a Santoña, situada en la bahía del mismo nombre.

La Ría de Santoña.

Santoña, puerto pesquero.

Santoña, pueblo de marineros y pescadores ¿Has probado sus sardinas? No dejes de hacerlo...

Tras unos 50 kilómetros llegaremos a Santander, la capital de la provincia. Nos recibe una de sus playas, la playa de la Magdalena. Dejaremos la moto donde podamos. En el mes de agosto, harto difícil.

para contemplar desde la parte alta, la playa de la Magdalena.


Para llegar a la playa del Sardinero, en el mes de agosto, hay que padecer un poco. El tráfico es intenso, 

pero, ¿quien se resiste a contemplar esta bonita y tradicional playa, al menos unos breves momentos?


Junto a la playa del Sardinero existe un bonito y sombreado parque donde podremos relajarnos con una buena cerveza, bien fría, antes de continuar la marcha a estas calurosas horas del día.


En la ruta por Cantabria, no es difícil compartir ruta, con caballos y otras bestias.

y disfrutar de bellos entornos.


Sucesión de bellas playas con aguas transparentes,

en entornos de encantadora naturaleza.



Compartiendo foto con otras bestias.

El cuerpo me lo pedía, la mente también, y me desvié de la ruta, para adentrarme en los prados y rodar por carreteras que no llevaban a ninguna parte, pero que permitían contemplar de forma muy sosegada todo el entorno de la costa Cantábrica.

así como sus prados, desde "ellos" mismos.


Volviendo a la ruta.


San Vicente de la Barquera. 





Eran las dos de la tarde cuando atravesaba la población de San Vicente de la Barquera, y no perdoné, la cata de sardinas, ni la charraeta con un motero de la zona que me salió al paso, mientras daba buena cuenta de las viandas, en un acogedor bar, antes de continuar la ruta hacia Llanes



En LLanes, ya en el Principado de Asturias, me entretengo, y doy un garbeo por la población. Uno de los edificios mas llamativos es el Casino de LLanes, de inspiración modernista. Anteriormente y antes de su demolición, se ubicaba en este lugar el mercado municipal.

Justo al lado del casino se encuentra el Ayuntamiento de LLanes

En las afueras de la población, un estratégico paseo ajardinado, nos permite contemplar las bellas panorámicas del Cantábrico a la vez, que nos servirá para tomar un breve descanso en la jornada.





No tardamos en llegar a otra población pintoresca de la costa: Ribadesella



Puerto de Ribadesella


Al poco de pasar Ribadesella, a la altura de Caravia,  tomo un desvío hacia la montaña que me llevará, tras rodar unos 7 kilómetros, al Mirador de Fito. En Asturias resulta fácil alternar carreteras por la costa y otras por la montaña ¡Hay que aprovechar esta circunstancia!


Es un tramo con curvas y buen asfalto, rodeado de tupidos bosques.

y con unas vistas, en la medida que vas subiendo, extraordinarias.

se intenta no interrumpir el sosiego de los animales que por allí pastan.

Al tomar altura, las nubes se adueñan del paisaje.

Al llegar a la cima del puerto de Fito, nos encontramos con un pequeño bar y una tienda de recuerdos. Podremos pues, resarcirnos del calor o del frío.

Mirador de Fito a 650 metros sobre nivel del mar. Una pequeña cuesta, de escasos metros, nos lleva al mirador.

En días despejados se puede contemplar la costa cantábrica por un lado y por otro lo Picos de Europa.

Me tuve que conformar con ver una imagen poco común. Un enorme árbol abatido, seguramente por el azote del viento.

Vuelvo hacia atrás deshaciendo los 7 km de subida.


Me cruza o no me cruza...

Esta vez el puerto de Fito lo hago de bajada, por el mismo sitio que subí.





Volviendo sobre el nivel del mar. Los contrastes de paisajes son extraordinarios en Asturias.

al llegar a Villaviciosa,


Nos desviamos y, casi en paralelo, a la ria de Villaviciosa, llegaremos a Tazones -parroquia de Villaviciosa-.
Tazones es un pueblo con encanto, de apenas 300 habitantes. A mediados de Agosto se celebran las fiestas de San Roque. Y así, en pleno bullicio de las mismas, llegamos a la pequeña población.

Sus bonitas casas son de dos alturas, y se encuentra encajonado entre las montañas. Es un pueblo típicamente marinero.

Su pequeña y recogida playa.

Nos servirá para tomar la última bocanada de tranquilidad de la jornada, antes de llegar a la ciudad más poblada del Principado de Asturias: Gijón.

Tan solo nos separan de Gijón 28 Km, La carretera AS-256 a su paso por un pequeño núcleo de población "La Obra" -con categoría de "BARRIO"- perteneciente al municipio de Villaviciosa.

A Gijón llego aproximadamente a las 8.30 de la tarde. Buena hora para buscar hotel, que no tardo en encontrar en la plaza del Gas. Tras el descanso de rigor al final de la jornada, buscar lugar donde cenar y tomar alguna copa, que por lo céntrico del lugar no me costó mucho encontrar.
Es por la mañana cuando, antes de partir, doy una vuelta por algunos lugares de esta población con categoría de villa. La playa, de buena mañana, es un buen lugar para recorrer. Así tan solitaria...

Disfrutando de la brisa del mar en un recién despertado día.

mientras contemplamos algunos edificios

nos vamos acercando a la iglesia más emblemática de Gijón: Iglesia de San Pedro, situada al final del paseo del muro de San Lorenzo. Su estampa, al final de la playa, es ya mítica y característica de la ciudad.

Iglesia de San Pedro, en la bahía de San Lorenzo.



Recorriendo el casco antiguo de Gijón.

Plaza de Jovellanos

Casa natal de Jovellanos, -escritor, jurista y político ilustrado español-, donde está ubicado el museo casa natal.

Hotel-Restaurante "La Casona de Jovellanos". Ocupa el edificio donde tuvo su sede el primer Instituto fundado por Gaspar Melchor de Jovellanos.

Abandonando la ciudad de Gijón, ya en las afueras, se encuentra situada la Plaza de Toros de El Bibio. Inaugurada en 1888, y edificada en estilo neomudéjar. En 1992 fue declarada Monumento Histórico Artístico.

Termina en Gijón mi recorrido por la costa Cantábrica. Cambiamos de aires y recorreremos el norte por el interior. Eso será en la 3ª Parte del viaje.

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